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Víspera del Abismo

SUEÑOS

Es inquietante descubrir cómo la fuerza onírica es capaz de cambiarnos el sentido de las cosas, y la visión de la realidad que nos rodea. ¿Quién no se ha despertado a veces, con otra sensación, otra forma de entender un asunto o de mirar a una persona concreta, después de un sueño revelador?

También es significativo que a veces no recordemos los sueños, y éstos caigan en el abismo del olvido absoluto, enterrados por las vivencias del día siguiente, y de la vida en general. Pero a veces también nos empeñamos en olvidar a la fuerza un sueño que nos perturba, porque tememos saber cosas que preferimos seguir enterrando. Quizás sea más cómodo seguir adelante sin hacer caso a lo que nos dice nuestra mente.

Lo que está claro es que si prestarle más atención a los sueños formara parte de nuestros hábitos socioculturales, y los analizáramos de manera cotidiana, tal y como nos disponemos a desayunar, o a calzarnos para salir a la calle, quizás actuaríamos de manera diferente, o quizás no, nunca se sabe, pero lo que es seguro es que seríamos más sabios, o más locos...

Las convenciones de nuestra organizada vida, manejada por los demás, nos empujan a una ceguera de los sentidos inaudita, y muchas veces llega a límites insospechados. Estamos inundados por lo que nos inyecta nuestro pequeño mundo, y cuando soñamos, nos liberamos de lo que nos ahoga.

Muchas veces soñamos con lo que deseamos, y sabemos cómo conseguirlo, o como asumir que no podremos tenerlo. También soñamos que caemos, que no podemos movernos, y ésto no es más que una señal de alarma, como cuando el cuerpo nos pide alimento, y envía señales que martillean nuestro estómago, y sentimos hambre.

La mente, y a fin de cuentas, el alma, también envía señales. Y casi siempre, por miedo, las obviamos, las ignoramos.

Esta noche he vuelto a soñar con el pasado, con páginas que no he cerrado, con asuntos que no he resuelto. Y a veces siento miedo, un miedo atroz a verme perdida entre dudas, ahogada por los miedos.

Me alivia pensar que muchas cosas de las que sueño, no son más que recuerdos, también es posible, sí... pero, ¿y si no lo son?

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